La contrarrevolución católica
Detrás de la Orden de San Elías, la organización liderada por Javier Olivera Ravasi
Ahora también podés escuchar este newsletter. Efectivamente, ya podés encontrar en Spotify (o en tu plataforma de podcasts favorita) esta nueva edición de Picnic sideral. Podeis escucharlo de la forma que prefieras o compartirlo con aquellas personas a las que el tiempo de lectura les es esquivo. Que lo disfrutes.
Sobre destronar falsos dioses
Bajo el calor abrasador de un sol antiguo, en las tierras de Israel se vivían momentos de fuertes vaivenes políticos, pero sobre todo espirituales. Esto podría ser historia reciente, sin embargo estamos hablando del siglo IX a.C. Tras la muerte del Rey Salomón y el posterior derrocamiento de su hijo en las revueltas de Jeroboam, el territorio había quedado dividido en dos: el Reino de Israel (o Reino del Norte) y el Reino de Judá. Para que todo suene aún un poco más actual, parece que Jeroboam había sido oficial durante el reinado de Salomón y para impulsar su gesta contra Roboam, el hijo del Rey, se había valido de cierto descontento generalizado ante la severa política tributaria y laboral impuesta por este. Sí, hace unos tres mil años la gran prédica también era bajar la carga impositiva.
Además de este proto-libertarianismo, durante su reinado en el norte Jeroboam tomó ciertas decisiones que a la ortodoxia religiosa no le cayeron para nada bien. Por ejemplo, con el fin de evitar que su pueblo tuviera que trasladarse a Jerusalén para adorar en el Templo, construyó dos becerros de oro en las ciudades de Betel y Dan; estableció estos dos monumentos como símbolos de Yahweh, aunque todos sabían que la inspiración venía directamente de la deidad cananea Ēl. Una forma de fomentar la idolatría que podía considerarse una desviación significativa del culto exclusivo a Dios según las enseñanzas mosaicas.
Entre otras cosas, Jeroboam había instituido su propio sistema sacerdotal al nombrar libremente sacerdotes entre los miembros de todas las tribus, sin limitarse a los levitas, y hasta se había animado a introducir una festividad propia para consolidar su poder y distanciarse aún más del culto de Jerusalén, entonces capital del reino de Judá. El controvertido legado de Jeroboam fue tan profundo que, a partir de su reinado, comenzó a decirse que un rey “andaba en los caminos de Jeroboam” cuando ejercía prácticas idolátricas, en contra de la tradición más férrea.
Entonces no es errado aseverar que, durante más de cincuenta años, los reyes del Norte anduvieron por los caminos de Jeroboam, cada día más influenciados por cultos politeístas cercanos que ofrecían algún atisbo de esperanza ante sequías y miserias que aquejaban a la región. En este sentido, uno de los grandes puntos de inflexión fue el reinado de Omrí, que con una visión más diplomática que religiosa había dispuesto que su hijo Ahab se casara con Jezabel, hija del rey Sidón de Fenicia y adoradora del dios Baal (usualmente asociado con la figura de Moloch).
Fue en este particular contexto que en la región de Galaad, al este del río Jordán, nació un tal Elías. Bajo el reinado del rey Ahab y la reina Jezabel, Elías creció en un entorno que, a sus ojos, estaba sumido en la adoración de dioses falsos e ilegítimos. El máximo exponente no era otro que Baal, deidad responsable de la lluvia, el trueno, el relámpago y el rocío; por supuesto, todos estos atributos también lo volvían un dios de la fertilidad y la reproducción. Como parte de los ritos de adoración asociados a esta figura, Omrí había mandado a construir altares dentro de cada templo para realizar sacrificios de forma periódica.
Ante tal alejamiento de los designios fundacionales de Yahweh y de las tradiciones más antiguas de su pueblo, Elías sintió el llamado de hacer algo al respecto. Como primer enfrentamiento explícito, Elías anunció al rey Ahab el advenimiento de una inminente sequía propiciada por Yahweh que ponía directamente en jaque el poder simbólico de Baal, dios de la lluvia y las tormentas.
Luego desafió a los sacerdotes de esta deidad cananea a un reto que consistió en invocar cada uno a sus respectivos dioses para encender un pilón de leña, sobre el que yacía un recién sacrificado buey. Según el relato bíblico, los profetas de Baal no lograron hacer que su dios se manifestara, mientras que Elías logró a través de la oración que Yahweh lo incendiara todo por medio de un fuego sagrado que bajó desde los cielos. Envalentonado por su mística victoria, Elías llamó a quienes lo rodeaban a asesinar a los más de cuatrocientos adoradores de Baal allí presentes y, en agradecimiento, Yahweh hizo llover tras la larga sequía. Más Antiguo Testamento que esto no se consigue.
Además de su intensa militancia monoteísta, Elías también se inmiscuyó en asuntos relativos a las injusticias de la vida social, propiciados por los inclaudicables privilegios de la casta. Como crítico feroz de la corrupción de los líderes, su más insigne intervención fue alrededor del episodio de la viña de Nabot. Resulta que Jezabel había impulsado a que su esposo Ahab expropiara ciertas tierras pertenecientes a campesinos que no estaban dispuestos a venderlas, lo que terminó en el asesinato del campesino Nabot. Ante este acto vil, Elías profetizó que este derramamiento de sangre sería vengado y que Jezabel sería condenada a ser devorada por una jauría de perros. Esta profecía se cumpliría tras la muerte de Ahab.
Y como todo tiene que ver con todo, esta historia concluye con lo que algunos ufólogos consideran prueba fehaciente de una intervención extraterrestre en el relato bíblico. Al llegar al final de sus días el profeta Elías no murió, sino que fue elevado a los cielos por “un carro de fuego con caballos de fuego”, que lo hizo ascender “en un remolino”, mientras su discípulo Eliseo contemplaba la escena.
Desde ese entonces, San Elías es visto como un ejemplo de lucha contra la infiltración de falsos dioses y falsos profetas que atentan contra la cosmovisión del Reino del único y legítimo Dios, Yahweh, y contra los corruptos mandatarios que obran en su nombre; un símbolo de una puja histórica por impartir la justicia divina. Tal vez sea por esto que, en base a sus propias interpretaciones y en nombre de San Elías, un tal sacerdote llamado Javier Olivera Ravasi se dispone a liberar genocidas en nombre de Dios.
Por más que la época pida que agarremos la pala a cambio de sobrevivir, en Mate queremos tener ingresos acordes al trabajo que hacemos. Si querés aportar a eso te esperamos en somosmate.ar donde podés dejarnos unos morlacos ✨
Del verbo encarnado y otras contrarrevoluciones
“La revolución intenta destronar a Dios, la contrarrevolución
intenta volver a poner a Dios en el centro de la Historia.”
Javier Olivera Ravasi
En pleno apogeo de las reformas del Concilio Vaticano II, un joven sintió un llamado visceral a no dejarse influenciar por las corrientes de renovación que, a sus ojos, llegaban para atentar contra los valores y las formas más tradicionales de la Iglesia Católica. Desde su más tierna infancia había demostrado una inclinación hacia lo sagrado; una atracción intensa hacia la vida religiosa que lo había llevado al seminario, donde forjó su identidad como sacerdote.
Ante el panorama de un amplio sector de la Iglesia alineado con movimientos marxistas o de izquierda popular, un tal Carlos Miguel Buela se sintió impulsado a fundar una nueva congregación que se comprometiera a vivir y predicar el Evangelio con un celo renovado, pero desde un profundo arraigo a las tradiciones ortodoxas. Fue así como en 1984, en San Rafael, provincia de Mendoza, Buela fundó el Instituto del Verbo Encarnado (IVE), una congregación religiosa masculina dedicada a la evangelización y a la defensa de la fe católica en todas sus expresiones.
El IVE creció rápidamente, atrayendo a jóvenes que compartían la visión de una vida religiosa comprometida con la misión universal de la Iglesia. Bajo el liderazgo de Buela, el Instituto expandió su presencia a decenas de países, con misioneros dispuestos a ir a lugares recónditos y de difícil acceso, desde lo más profundo de la selva amazónica hasta las montañas de Asia. De esta forma, sus miembros se dedicaron a profesar “una espiritualidad que nos impele a trascender lo sensible y nos dispone al desprendimiento total buscando en todo y por todo la gloria de Dios”.
Hay que decir que tal vez este nivel de proyección internacional haya sido propiciada por la estructura del Instituto, bastante similar a la del también preconciliar Opus Dei. Por un lado se encuentra la rama clerical, compuesta predominantemente por sacerdotes y coadjutores. Por el otro está la Tercera Orden Secular del Verbo Encarnado, integrada por miembros laicos que se desempeñan y forjan conexiones de interés en la sociedad civil. Y por último está el Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, rama femenina constituida por mujeres consagradas.
Vaya casualidad, al igual que ocurrió (y ocurre) con los numerarios y las numerarias auxiliares del Opus Dei, desde el IVE se han denunciado incontables situaciones de abuso sexual y privación ilegítima de la libertad, con Carlos Miguel Buela como principal victimario. El escándalo por denuncias dentro de la organización escaló tanto que en el año 2010 el Vaticano se vio obligado a intervenir y Buela fue enviado a un convento de reclusión europeo hasta el final de sus días.
Todo esto para decir que esta controvertida institución fue el espacio de formación que terminó de consolidar el espectro ideológico y espiritual del padre Javier Olivera Ravasi, hoy en la mira por haber sido el principal organizador de aquel ágape entre genocidas presos y diputados de La Libertad Avanza. Al darse cuenta de que la inminente debacle del IVE a raíz de los escándalos era irreversible, Ravasi y el padre Federico Highton decidieron abandonar el Instituto para formar su propia agrupación: la Orden de San Elías.
No está de más aclarar que Ravasi recorre los mismos senderos del Señor desde sus años formativos. Fue educado en un colegio católico, fue miembro de los Boy Scouts y abandonó la carrera de sociología por considerarla “demasiado izquierdista”. Asistió a retiros espirituales organizados por la lefebvrista Fraternidad San Pío X y llegó a ser numerario del Opus Dei, hasta que sintió su verdadero llamado: un seminario que lo acercó al IVE de Carlos Miguel Buela.
A imagen y semejanza del Instituto del Verbo Encarnado, su nueva orden se caracterizó por preservar exactamente los mismos lineamientos que su predecesor, tanto desde la doctrina espiritual como desde sus estrategias comunicacionales. Como complemento y para llevar su tarea evangelizadora a nuevos públicos, Ravasi fundó el sitio web y el canal de YouTube “Que no te la cuenten”, dedicado a la divulgación católica con el fin último de “buscar esa verdad que nos hace libres”. Así fue cómo terminó por ganarse el mote de “cura youtuber”.
Cabe aclarar que la Orden de San Elías nunca fue registrada oficialmente en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (ahora Secretaría) y que sólo se vio habilitada a operar gracias al aval de Pedro María Laxagüe, obispo a cargo de la diócesis de Zárate-Campana. Esto les permitió recibir donaciones, crear centros educativos, misionar en países remotos y organizar encuentros ecuménicos como parte orgánica de la Iglesia Católica. Eso sí, para zafar de pagar impuestos se anotaron como fundación.
Para operar con tranquilidad por fuera de cualquier influencia externa, la Orden se instaló en San Benito, uno de los barrios cerrados que el recurrentemente mencionado Jorge O’Reilly Lanusse desarrolló en Belén de Escobar y sus alrededores. Desde entonces allí habita Javier Olivera Ravasi, que se encuentra a cargo de la capilla que las inmobiliarias venden como principal amenity del barrio, llamada Parroquia San Juan de la Luz. Este es el escenario desde el cual Ravasi, de acuerdo a sus preceptos preconciliares, oficia misas de espaldas y en latín (conocida como misa tridentina).
Por otra parte, Ravasi nunca se cansa de decir que mientras él se encarga de la gestión doméstica (que también incluye mantener su canal de YouTube, dar clases virtuales en la Academia San Elías y andar de gira por medios de ultraderecha), el resto de los miembros de la Orden está de misionero en Laos, Tibet o Benin; rincones lejanos a los que la verdadera palabra de Dios no hubiese llegado si no fuese por su noble labor. De hecho, actualmente el padre Federico Highton se encuentra en Malawi, con la bandera de San Elías siempre en lo alto.
En una nota más personal, es sabido que Olivera Ravasi es hijo del represor Jorge Olivera, mejor conocido como “el carnicero”, y que desde su juventud ostenta una gran afición por las armas de fuego, lo que lo llevó incluso a portar un característico rosario con balas en lugar de cuentas. Entre sus más célebres amistades podemos encontrar a dos referentes de la lucha por la causa por la libertad de los, en sus términos, “presos políticos”: Cecilia Pando y Victoria Villarruel.
“Mi padre está detenido por haber luchado en la década del ‘70 y hace 15 años que está preso. Es algo público y yo lo he visitado en la cárcel. Para mí es una cruz familiar”, declaró el padre Ravasi cuando fue consultado por la situación de su progenitor, quien estuvo prófugo luego de ser condenado a perpetua. Por cuestiones humanitarias, Jorge Olivera finalmente recibió la prisión domiciliaria y parece que no fue en vano. En febrero de este año se desencadenó un escándalo cuando trascendió que Olivera había organizado un festejo de cumpleaños con más de 60 invitados, Palito Ortega como plato fuerte de la noche y su hijo sacerdote, vestido de sotana negra, tocando la guitarra con los invitados en modo fogón.
Ahora bien, a pesar haber festejado el triunfo de La Libertad Avanza, sobre todo por su afinidad tanto personal como ideológica con la Vicepresidenta, Olivera Ravasi tiene algunos reparos con respecto a Javier Milei que en su momento le valieron no pocos insultos desde la bancada libertaria. Una de sus principales críticas es hacia el liberalismo puro y duro por poner al individualismo en el centro y no a Dios. Por supuesto, lo que sí destaca es la posición de Milei a favor “de la vida” y en contra de la ideología de género y de la ESI. Al consultarle si ve con buenos ojos que un cristiano vote a un liberal, Ravasi aclara que “Dios no es democrático” y que si fuera por él habría que volver a un modelo monárquico, como la tradición manda, pero que en un sistema corrupto como en el que estamos estaría justificada tal elección.
A raíz de que su rol como organizador del ágape entre diputados libertarios y genocidas fue noticia nacional, la diócesis de Zárate-Campana optó por expulsarlo, lo que lo obligaría a regresar a su diócesis original en San Rafael, Mendoza. Por supuesto, sería inocente pensar que el papa Francisco no tuvo un rol crucial en este sentido ya que este accionar fue impulsado directamente por la Conferencia Episcopal Argentina. Mientras este nuevo escándalo se desencadenaba, el Sumo Pontífice se reunió con la nieta de una víctima de Alfredo Astiz y condenó la visita a los represores en Ezeiza.
Ni lerdos ni perezosos, los más fieles seguidores de Ravasi ya lanzaron una campaña en su defensa, donde aseguran que la visita a los presos es una “obra de misericordia corporal” y que la Iglesia tiene el deber de defender e incentivar estas acciones. Por el momento, parece que la contrarrevolución deberá seguir por fuera de la estructura de la Iglesia Católica, desde un canal de YouTube.
¡Eso es todo, amigxs!
Gracias por compartir este viaje por el extraño y variado cosmos de nuestra cultura.
Por las dudas, vamos con un poco de data que nunca está de más aclarar:
Mate es un medio autogestivo que depende de tus aportes, sean por única vez o con una suscripción mensual, en somosmate.ar.
Actualidad y chistecitos en Youtube ▶️
Además tenemos otro Newsletter:
Mate Mundi 🌎: El recorrido internacional desde una perspectiva geopolítica, ambiental y latinoamericana (y además todos los memes) de la mano de Biole Weber. Jueves por medio en tu mail. Suscribite acá.
¡Y si este te gustó compartilo en tus redes!
Ah! Seguinos, suscribite, danos like. Estamos en Instagram, Twitter, Tiktok, Twitch, Youtube y sí, también Facebook. Más instrucciones que la Macarena.
Te queremos. Por esto y por todo, gracias.
Santi 👽
Santiago Martínez Cartier nació en Buenos Aires en 1992. Se define como escritor de ciencia ficción. Lleva seis novelas publicadas desde el 2014 hasta la actualidad. Edita libros y produce eventos como parte de Criolla Editorial. Colaboró como redactor en diversos sitios especializados en cine y literatura, como Hacerse la crítica, House Cinema y El Teatro de las Voces Imaginarias, entre otros. Produjo el audiolibro El quinto peronismo en formato radioteatro, adaptación de su novela homónima. Organizó varietés culturales y programó y presentó ciclos de cine. Palermo Dead (2021), una sucesión de relatos de terror que transcurren en un edificio maldito construido sobre el Cementerio de la Chacarita, es su último libro de ficción. El año pasado publicó Picnic sideral: Algo en qué creer, una selección mejorada de los mejores newsletters del 2022, en una co-producción entre Mate y Criolla.
Personaje horrible de ver y escuchar. Muy buen editorial.
Una única corrección; Eliseo según el texto bíblico era discípulo de Elías, no su hijo.
Saludos materos.