Una con Lamothe y Anya Taylor-Joy
De la importación genérica y el nuevo cine de terror nacional
“Leyendo a Walter Scott se me ocurrió edificar un castillo frente al Paraná. Me hizo feliz con sus almenas, torres, puente levadizo. Un camalote trajo por el río a un tigre de la región del norte.
Mató a mi mujer y a mis tres hijos.
Leyendo a Walter Scott olvidé dónde estaba.
Ya no lo olvidaré.”
“Un camalote”, de Sara Gallardo.
Cuento perteneciente a El país del humo (1977).
“Vos poné cara de trauma”
Es martes a la noche y, como hago casi a diario, chusmeo a ver qué hay de nuevo en cine.ar. Me encuentro con una película que me llama la atención. Lleva por título Las noches son de los monstruos (2021), el reparto incluye a Jazmín Stuart y Esteban Lamothe y está catalogada como de género fantástico a pesar de que la estética del póster refiere evidentemente al imaginario del cine de terror.
Al darle “Play” me encuentro con un trabajo de producción muy prolijo y cuidado, ajustado a los cánones globales de estos tiempos, y con el correr de los minutos —a pesar de sentirme interpelado por todo lo que la rodea— me empieza a parecer que la película podría ser argentina como no; los personajes hablan con modismos rioplatenses pero el argumento en ninguna instancia se ve atravesado por las particularidades del entorno sino que elige construir sobre estructuras importadas.
Y es que Las noches son de los monstruos padece de un problema sobre el que pienso seguido: la importación genérica. Ese acto de calcar una película o formato extranjero sin tomarse el trabajo de adaptarlo a su nuevo entorno que, como podemos inferir del precioso cuento de Sara Gallardo que precede a estas palabras, suele salir mal. Acá, creo que el ejemplo más identificable —más allá de elementos narrativos varios— es la elección de casting para la protagonista, que si bien no hay nada reprochable al respecto de sus dotes como actriz, es evidente que fue elegida por cierto parecido con Anya Taylor-Joy en sus comienzos —o sea, en The Witch (2015)—, a su vez reforzado por la dirección actoral.
La película ensaya uno de mis subsubgéneros favoritos: un coming-of-age fantástico. Esas historias sobre la maduración de personajes por lo general adolescentes —como The Breakfast Club (1985) o Stand by Me (1986)— pero combinadas con códigos del terror o del orden de lo sobrenatural. Tal vez el más disfrutable y recomendable ejemplo de esta tendencia sea Raw (2016) de Julia Ducournau o ese bello delirio que es Ginger Snaps (2000) de John Fawcett.
Lo bueno es que no tenemos que irnos tan lejos (ni en tiempo ni en espacio) para encontrar un ejemplo local que se preocupa de forma evidente por adaptar la narración su entorno. Estoy hablando de Matar a la bestia (2021) de Agustina San Martín: un coming-of-age denso y metafísico ambientado en la selva misionera.
Acá seguimos a Emilia, una chica de 17 años que llega para hospedarse en casa de su tía Inés, a pocos metros de la frontera brasileña, con el objetivo de localizar a su hermano que está perdido hace meses. A su vez, un grupo de lugareños se encuentra dándole caza a una bestia indescriptible cuya existencia es tan mítica como real; el espíritu de un hombre maligno que parece tomar la forma de distintos animales. Con una atmósfera espesa que se vale tanto de las imágenes como de un diseño de sonido hermosamente perturbador, la película acompaña a la protagonista en su despertar sexual que estará inevitablemente ligado a la presencia de la bestia.
Y dicho todo esto, y luego de volver a recomendar enfáticamente que (más allá de si la encuentran online o no) vayan a una sala a ver Matar a la bestia —que parece que por suerte se va a estrenar el 5 de mayo próximo en cines, después no digan que no aviso con tiempo—, me parece pertinente plantear: ¿existe algo así como un nuevo cine de terror nacional?
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Scaloni, las Salamancas son argentinas
Por fortuna existe un bellísimo puñado de películas que se preocupa por abordar el género desde una perspectiva local, con representaciones y personajes que encarnan los problemas y contradicciones propias de quienes habitamos esta noble tierra, y aquí procederé a no responder la pregunta que acabo de formular para que saquen sus propias conclusiones luego de ver maravillas como:
- Los que vuelven (2019) de Laura Casabé: De nuevo la narración está ambientada en Misiones, pero esta vez a fines del S. XIX. Acá seguimos a la esposa de un terrateniente que, luego de perder un hijo por tercera vez, elige recurrir a los saberes ancestrales de su criada nativa para revivirlo. En este caso el subgénero que se pone en juego es el folk horror —a grandes rasgos, historias que ponen el foco en el choque del dogma cristiano con creencias paganas— para hablar sobre la tensión histórica entre la oligarquía latifundista y los pueblos originarios explotados. Desperdicio no hay.
- Muere, monstruo, muere (2018) de Alejandro Fadel: Con localidades distantes de la provincia de Mendoza como escenario natural, la película sigue a un policía rural que debe enfrentarse a un caso perturbador donde la víctima es una mujer decapitada y el único sospechoso atribuye el crimen a un monstruo legendario que se esconde en las montañas de la cordillera. Un abordaje extrañado y ominoso a cómo son tratados los femicidios en la provincia, un triángulo amoroso incómodo y —ponele que spoiler si no leíste el título— un monstruo para el recuerdo.
- Las furias (2020) de Tamae Garateguy: Tal vez sea un poco caprichosa la inclusión de esta película en la lista ya que nada tiene que ver con el terror pero sí con una bella adaptación de los géneros puros a nuestras geografías. Acá lo abordado es el western, para narrar una historia romeoyjulietesca donde una maldición amenaza con separar para siempre a dos enamorados: un joven perteneciente a una comunidad originaria y una joven hija del terrateniente más poderoso del pueblo. Colores contrastantes y conciencia pop que dan como resultado un muy disfrutable melodrama westernoso, que también tiene a Mendoza como locación.
- Historia de lo oculto (2020) de Cristian Jesús Ponce: Una suerte de policial oscuro que transcurre en unos años ochenta alternativos, postal de Buenos Aires en un pasado paralelo. Un popular programa de televisión, en su última transmisión, se propone desarticular una conspiración que incluye a miembros del Gobierno asociados con una secta ocultista. Otro bello delirio de este director que ya nos había regalado ese divertidísimo experimento que es La frecuencia Kirlian (2017).
Artista invitadx
Para maridar con esta selección de películas, nada mejor que la música de Las Extraterribles, quinteto que ofrece una propuesta tanto musical como estética que toma convenciones del género para volverlas propias. Un sonido crudo y poderoso que se hace más fuerte aún durante sus presentaciones en vivo. Las canciones de la banda —conformada por Elizabeth Lous (Voz, flauta traversa y clarinete), Makarena Pratto (Batería y coros), Lourdes Alustiza (Bajo), Juana Silva (Guitarra) y Florencia Martínez (Guitarra)— oscilan entre las atmósferas enrarecidas de PJ Harvey y el groove oscuro de Morphine, con el punk rock siempre como bandera. Si después del video se quedan con ganas de más, os invito a escuchar Exofilia (2019), su primer EP. Buen viaje 💀
Agenda
22/4 - 21hs: Cine argentino independiente: Bajo la corteza (2021) de Martín Heredia Troncoso
@ Apassionata (Vicente López 163, Salta). Entrada: $300.22/4 - 21hs: Ciclo Apañe, última edición: Camila Cantero + Santiago Martínez Cartier & The Palermo Dead Orchestra (Música y narrativa)
@ Cooperativa Cultural Qi (Thames 240, Villa Crespo, CABA). Entrada libre, con gorra sugerida de $400.22/4 - 21hs: Noelia Recalde en Córdoba (Música)
@ Pez Volcán (M.T de Alvear 835, Córdoba). Entrada: Desde $1000.22/4 - 21hs: Berisso, dirigida por Julia Morgado y Julia Di Ciocco (Teatro)
@ Área 623 (Pasco 623, CABA). Entrada: $800.23/4 - 19hs: La luna en el aljibe, dirigida por Mariana Mosset (Teatro)
@ Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074, Santa Fe). Entrada: $200.23/4 - 00hs: El rey de Nueva York (1990) de Abel Ferrara (Cine)
@ MALBA (Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA). Entrada: $350.24/4 - 15 a 20hs: Feria de la Historieta Independiente
@ Microestadio Municipal Gorki Grana (Blas Parera 400/500, Castelar, PBA).
Entrada: Libre y gratuita.
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Santiago 👽
Santiago Martínez Cartier nació en Buenos Aires en 1992. Se define como escritor de ciencia ficción. Lleva seis novelas publicadas desde el 2014 hasta la actualidad. Colaboró como redactor en diversos sitios especializados en cine y literatura, como Hacerse la crítica, House Cinema y El Teatro de las Voces Imaginarias, entre otros. Produjo el audiolibro El quinto peronismo en formato radioteatro, adaptación de su novela homónima. Organizó eventos culturales y programó y presentó ciclos de cine. Supo tocar la batería y componer junto a las bandas Efecto Amalia y Gente conversando. Actualmente forma parte de la banda de Ire Paz. Palermo Dead (2021), una sucesión de relatos de terror que transcurren en un edificio maldito construido sobre el Cementerio de la Chacarita, es su último libro.