De lo espiritual en lo electoral: un perfil místico de Javier Milei
o de la influencia de la corriente neo new age en el ideario del candidato libertario
Arquetipos, vaivenes y traiciones
Un hombre mira hacia adelante pero también sobre su hombro. Tiene la libido puesta en el futuro, pero las recientes traiciones también lo obligan a reconsiderar el pasado de tanto en tanto. Su equipaje es una pequeña bolsa cuyo contenido desconocemos; algo resplandeciente yace en su interior aunque no podamos verlo. Junto a sus piernas hay un animal, a veces felino y a veces canino; no se entiende si trata de detenerlo o si tan solo lo acompaña. De cualquier forma, el hombre sigue avanzando en busca de destino.
De esta forma se representa en el tarot la carta “El loco”, uno de los arcanos mayores de esta mística baraja adivinatoria nacida en el s. XIV; una ilustración que retrata a un arquetipo nómada y rebelde, a una personalidad que no logra adaptarse a las estructuras y sistemas sociales. En los ya clásicos y canónicos diseños del tarot de Marsella, puede verse al “loco” como un ser que transita entre dos mundos; entre lo celeste y lo amarillo, colores que más allá de la connotación política local vienen a representar un limbo entre lo terrenal y lo espiritual.
Sobre su cabeza lleva un gorro (¿o pelo?) extravagante que da cuenta de lo tumultuoso y mutante de sus pensamientos. En su cintura carga un cinturón de cascabeles que enfatiza su conexión con lo musical. En términos narrativos se trata de un bufón (o un idiota, no como insulto sino como arquetipo) que se encuentra recorriendo su propio camino del héroe de la forma anárquica que sus capacidades le permiten. Su número de arcano es el 22, al igual que en la quiniela y al igual que la fecha en que caen las elecciones generales. Sin embargo, en el tarot de Marsella “El loco” es la única carta que no está numerada: ser el 0 le permite mutar y ocupar distintos lugares; un camino aún por recorrer durante toda la eternidad, otro viaje sin estación terminal.
Todo esto Javier Milei debería saberlo muy bien, no tanto porque este apodo (o definición) lo haya acompañado a regañadientes desde la más tierna infancia, sino más bien por la vocación tarotista de su hermana Karina, su nexo conector con el mundo que lo rodea, en un principio desde lo espiritual y lo emocional pero hoy también desde lo programático.
De carácter un tanto esquivo, la figura de Karina Milei salió a la luz recién en junio de 2022, cuando Carlos Maslatón puso el grito en el cielo para darle voz a una interna dentro de La Libertad Avanza que distanció desde entonces a Javier Milei del que hasta entonces había sido su núcleo de confianza. Figuras twitteras que habían sido fundamentales a la hora de legitimar su candidatura, como Emmanuel Danann, el Presto, Ramiro Marra y el propio Maslatón, fueron corridas a un lado para otorgarle todo el poder de decisión a Karina y a Carlos “el Japonés” Kikuchi, otrora vocero de Domingo Cavallo a quienes algunos le adjudican el mote de “monje negro”.
Este gran cisma libertario provocó que poco a poco comenzaran a salir a flote declaraciones que ligaban a Milei con creencias místicas y esotéricas que hasta el momento permanecían ocultas en lo profundo. Primero fue el secreto a voces de que algunas de las recientes expulsiones de referentes dentro del armado se debían al resultado obtenido por Karina al tirar las cartas y determinar que tal o cual eran traidores en potencia. Después medio que pasó desapercibido que Milei haya declarado en una entrevista que su hermana era “como Moisés”, dando a entender su conexión (o diálogo) con una entelequia superior, y que él simplemente cumplía “el rol de Aaron”, o sea, la divulgación de estas ideas que emanaban desde lo divino.
Ahora bien, el énfasis de Javier Milei en su relación con Dios no es algo nuevo. Como bien desarrollamos en aquella mítica edición de esta noble publicación que lleva el nombre de “Larreta Moloch”, Milei ha promovido la idea de que “Dios es libertario” y dice tener pruebas de que Dios existe, aunque nunca se haya animado a detallar precisamente de qué se tratan estas pruebas. También supo expresar en varias oportunidades su interés en convertirse al judaísmo a raíz de cierta obsesión con la doctrina de la Kabbalah que, como hemos hablado alguna vez, entre muchas otras cosas aborda la existencia de la escalera de las sefirot, también conocida como la escalera al cielo; un punto de conexión directa “con el número 1”, como le dice Milei.
Hasta el momento parecía que nada de esto había llamado demasiado la atención y fue recién durante las últimas semanas, a partir de la publicación del libro El loco (2023) de Juan Luis González que ciertas prácticas místicas dentro de su entorno empezaron a levantar ruido. Y como para no, si se dice por ahí que Javier Milei cuenta con un “gabinete de perros fallecidos” que le da consejos políticos desde el más allá.
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En qué creen los que nos dicen qué creer
En el libro Manual de supervivencia (2013), el director y documentalista alemán Werner Herzog dedica un buen tramo de la entrevista central del texto a abordar la noción de verdad/realidad y a las posibilidades de representarla con una cámara como intermediaria. Más allá de esas largas disquisiciones entre las corrientes del cinema verité y el cine directo, Herzog da con el concepto de “verdad extática”. Según esta concepción, por momentos la realidad no resulta lo suficientemente verosímil: o sea, le suele sobrar o faltar algún condimento para hacerla creíble.
Tal vez sea por eso que cuando trascendió, vía Carlos Maslatón, que Javier Milei mantenía una estrecha relación espiritual con sus perros fallecidos lo primero que pensé fue: “che, esta fue una de más, banco pero esto ya es mucho”. Todo olía a una gran campaña de desprestigio con un timing preciso al coincidir con el escándalo surgido a partir de la presunta venta de candidaturas dentro del partido libertario.
Resulta que, como dice el querido Werner, verosimilitud y realidad no suelen ser la misma cosa. Hace más de cuatro años, allá por junio de 2019, el abogado mediático Mauricio D'Alessandro contó en una entrevista con estudiantes de comunicación sobre su acercamiento a una excéntrica terapia con la que había empezado a familiarizarse. Se trataba de sesiones de “telepatía con animales” donde, a través de la veterinaria (¿e intérprete?) Celia Melamed, podía comunicarse de forma directa con su perro Donpe.
“Por intermedio de ella puedo hablar con él. El otro día le hice 15 preguntas y a su manera me lo contestó”, había declarado D'Alessandro. Por supuesto que la recomendación de este particular servicio había llegado directamente por medio de su colega televisivo Javier Milei, quien había logrado establecer largos y profundos intercambios con su perro Conan, en sus propias palabras “el único que, junto a mi hermana, nunca me traicionó”. Eso sí, por precaución el economista le había advertido a D’Alessandro: “Te prohíbo contarlo, van a decir que estamos locos”.
A todo esto, ¿quién vendría a ser Celia Liliana Melamed, se estarán preguntando? Parece ser que la veterinaria llegó a la vida de la familia Milei allá por el año 2017, cuando se veía venir que al hijo pródigo Conan no le quedaba mucho por vivir. De perfil bajo y cercano, Celia ofrecía y sigue ofreciendo en sus redes sociales un servicio al que denomina “comunicación empática con animales”; evita a conciencia utilizar el término “telepatía” porque dice que parece sacado de algo de ciencia ficción y esto es “cosa seria”.
En una larga entrevista por Zoom que aborda las peripecias de su especialización, Celia da cuenta de cuál fue su formación más allá de la carrera veterinaria. Una de sus principales influencias viene del ThetaHealing (o sanación zeta), cuya técnica se basa en la idea de que las creencias de las personas tienen un impacto directo en su bienestar emocional y físico, y el objetivo de las sesiones es identificar estas creencias y revertirlas para augurar una mejor calidad de vida. Estas ideas fueron impulsadas por la naturópata estadounidense Vianna Stibal, quien asegura que sus técnicas “pueden curar el cáncer” y que los planos de existencia revelados gracias al ThetaHealing demuestran la importancia del "Creador de todo lo que es".
Con esta doctrina esotérica de la medicina alternativa como base, Melamed incorporó elementos de otras corrientes similares. Un poco de biodescodificación ―esos que intentan dar con el origen metafísico de las enfermedades, casi siempre ligado a traumas familiares del pasado, etc―, una pizca de focusing ―"método de sanación que parte de una escucha corporal profunda"― y un gratinado de PNL ―esa pseudociencia con aires de coaching manipulador y productivista―.
Todo este mejunje neo new age aplicado al campo veterinario dio como resultado la “comunicación empática con animales” que, en palabras de Melamed, lo que hace es abrir un camino “de corazón a corazón” entre humano y animal. Según la especialista, ella hace preguntas y obtiene como respuesta un “campo de información” que ella debe traducir al lenguaje humano. Esto puede realizarse con animales in situ o a través de una fotografía. Y sí, como en el caso de Milei, también puede seguir realizándose una vez muerto el animal.
Celia Melamed no sólo ofrece este servicio sino que también da cursos para capacitar a otras personas como “comunicadores empáticos”. Se dice por ahí que Karina Milei fue una de sus más aplicadas discípulas, y que por esta razón actualmente oficia de interlocutora entre Javier y su difunto perro Conan, prescindiendo de los servicios de su maestra. Como si todo esto fuera poco, esta misma semana el economista fue increpado sobre este asunto y no sólo no lo negó, sino que profundizó diciendo que de ser así, Conan es claramente uno de los mejores asesores políticos del mundo.
No está de más hacer hincapié en una cuestión estructural que ya hemos abordado en otras oportunidades: al igual que ―como decía Weber― la Reforma Protestante fue funcional al modelo de producción capitalista primigenio al individualizar y descentralizar la relación con Dios, hoy el paradigma neo new age brinda la posibilidad de ejercer la fe on demand, donde cada quien toma y deja elementos de distintos oráculos y corrientes de forma fragmentaria; un modelo esencialmente anarcoliberal ordenado por la mano invisible de la oferta y la demanda. Esta uberización de la relación con lo divino genera una falta de compromiso real con aquello en lo que se cree y, algo un poco más preocupante, promueve una praxis de la fe religiosa absolutamente individual, por fuera de cualquier sentido de realización comunitaria.
De hecho, históricamente el espiritismo fue y sigue siendo una práctica gregaria y con un fuerte énfasis en la participación grupal, desde la vertiente kardeciana y la Escuela Científica Basilio hasta los ritos umbanda. Por eso resulta particularmente llamativo que Milei haya llevado esta creencia mística a la praxis más individual posible, donde habla con su perro desde su departamento y, supuestamente, le pide consejos a los Chicago Boys y a otras deidades de su panteón personal desde la ultratumba.
Y acá ya entramos en el terreno “creer o reventar”, si es que no habíamos entrado aún. Por un lado, en El loco el autor asegura que Milei mandó a clonar a Conan a Estados Unidos al no poder soportar su muerte y no esperaba que le devuelvan cinco mastines que terminaron por destruirle el departamento y también su vida social. Si bien se trata de una práctica no tan inusual entre gente a la que le sobra un billete y si bien la actitud con la que el economista presentó a sus “nietos” en televisión da que sospechar, no hay pruebas fehacientes que den cuenta de este hecho.
Por otro lado, en el libro también se dice que sus comunicaciones con Conan fueron la razón por la cual Milei decidió candidatearse a presidente y no conformarse con ningún puesto menor. Como también hemos establecido alguna vez, y como ocurría con la figura de Trump para el credo de QAnon, Javier Milei se identifica a sí mismo con un arquetipo mesiánico que viene a salvar al mundo de su actual decadencia; un verdadero elegido por Dios que encuentra a sus antagonistas en el “representante del Maligno en la Tierra” (El Papa Francisco) y el “Siniestro” (Horacio “Moloch” Rodríguez Larreta).
Se dice por ahí que las “pruebas de que Dios existe” de las que tanto ha hablado se refieren a cierta aparición mística. Presuntamente, en confianza Milei ha confesado haber recibido visitas de Cristo en tres oportunidades. Cual profeta del s. I que camina por un desierto de Medio Oriente, el economista sintió el llamado y su misión no es terrenal sino divina. Ahora sólo es cuestión de tiempo para ver qué tan lejos puede llevarlo este impulso mesiánico.
Agenda
14/7 - 17hs: Ciclo Arder - Territorios de la poesía argentina (Literatura, música y performance)
@ Museo del libro y la lengua (Av. Las Heras 2555, CABA). Entrada: Gratuita.14/7 - 19hs: FederalTango - La Previa (Música)
@ La Minerita (5 de Octubre 2100, Unquillo, Córdoba). Entrada: $1200.14/7 - 19hs: Polen + Cata Carpena + Pizza (Música y expo)
@ Espacio Cultural Laberinto (Av. Rivadavia 18432, Morón, PBA). Entrada: $600.15/7 - 15hs: Atardecer, música entre árboles y estrellas (Música y comidas regionales)
@ Santa Rosa Salvaje (Camino real, Santa Rosa, Santiago del Estero). Entrada: Gratuita.15/7 - 17hs: La dama del lago (1946) de Robert Mongomery (Cine)
@ CCK (Sarmiento 151, CABA). Entrada: Gratuita.
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Santiago 👽
Santiago Martínez Cartier nació en Buenos Aires en 1992. Se define como escritor de ciencia ficción. Lleva seis novelas publicadas desde el 2014 hasta la actualidad. Forma parte de Criolla Editorial. Colaboró como redactor en diversos sitios especializados en cine y literatura, como Hacerse la crítica, House Cinema y El Teatro de las Voces Imaginarias, entre otros. Produjo el audiolibro El quinto peronismo en formato radioteatro, adaptación de su novela homónima. Organizó eventos culturales y programó y presentó ciclos de cine. Palermo Dead (2021), una sucesión de relatos de terror que transcurren en un edificio maldito construido sobre el Cementerio de la Chacarita, es su último libro.
Si Milei no fuera real sería un gran personaje para un thriller psicológico